Murray Gell-Mann recibió el Premio Nobel de Física en 1969 por ser el descubridor del quark, la partícula del átomo que junto con los leptones forman todas las demás partículas que constituyen la materia visible. Pero no sólo es uno de los físicos que mayor influencia han tenido en la segunda mitad del siglo XX, sino también un curioso, tenaz y universal pensador multipasional . Además de ser profesor de física en el California Institute of Technology, dirige el Instituto de Santa Fe, que ayudó a fundar, y a un equipo de científicos que investigan sobre temas tan variados como la mecánica cuántica, el sistema inmunológico del ser humano, la evolución de los lenguajes humanos y la economía en general como un sistema complejo adaptativo. En su libro "El quark y el jaguar" expone cómo ha vivido y sigue viviendo la aventura intelectual entre lo simple y lo complejo.
En el prólogo del libro comenta:" He vivido durante décadas entre dos pasiones intelectuales, por una parte mi labor profesional, en la que trato de comprender las leyes universales que goviernan los constituyentes últimos de toda la materia, y por otra parte mi vocación de estudiante aficionado de la evolución de la vida y la cultura humana. Siempre tuve la impresión de que, de alguna forma, ambas pasiones estaban íntimamente ligadas, pero durante mucho tiempo fui incapaz de descubrir cómo ( a excepción del tema común de la belleza de la naturaleza)"
La aventura intelectual entre lo simple y lo complejo es formidable. Existe un enorme vacío entre la física fundamental de las partículas elementales como electrones, protones o neutrones y la complejidad que representan los seres vivos o las sociedades humanas.Las partículas elementales son rigurosamente intercambiables, no poseen individualidad, se comportan de la misma manera dondequiera que se encuentren en el universo, y sin embargo, Gell-Mann piensa que las leyes mecanocuánticas fundamentales de la física dan lugar a la individualidad. La evolución física del universo, regida por dichas leyes, ha producido objetos particulares, como nuestro propio planeta y después, a través de procesos como la evolución biológica, han dado lugar a objetos particulares como los jaguares o los seres humanos, capaces de desarrollar el lenguaje y la civilización y de descubrir esas mismas leyes fundamentales.
En este libro, Murray Gell-Mann habla en un lenguaje ameno y sin ningún tipo de formulación matemática sobre lo más simple y lo complejo. Está dividido en cuatro partes: Lo simple y lo complejo, El universo cuántico, Selección y adaptación y Diversidad y sostenibilidad.
¿Qué hay de común entre un niño que aprende su lengua materna y una cepa de bacterias defendiéndose de un antibiótico?¿ En qué se parecen el investigador científico que tantea nuevas teorías y el artista que duda delante de su obra?.... Un precioso libro que hay que leer.
"El quark y el jaguar", de Tusquets Editores. 1995. Barcelona.
Colección Metatemas (38).
Libros para pensar la ciencia.
Magnífica colección dirigida por Jorge Wagensberg.
sabes donde lo puedo conseguir?
ResponderEliminarEn Valencia está en la librería París/Valencia o en la librería Soriano. En Madrid seguro que en las m´´as importantes. Saludos.
ResponderEliminarEs un libro muy llevadero, pero sin perder profundidad. Obliga discutir cosas con el autor y a hacer ciertas consultas necesarias sobre física, química o economía. En todo el libro subyacen elementos de filosofía que para quienes tengan afinidad con la dialéctica materialista sabrán encontrar elementos nuevos enriquecedores. Ademas es complementario del Libro de Ilya Prigogine "Tan sólo una ilusión"
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