2006/10/30

La aventura de la ciencia: Pierre André Méchain

Detrás de infinidad de gestos cotidianos, como la medida del mueble del salón, del hueco de la escalera o del último estirón que ha dado la pequeña de la casa, puede haber grandes historias y aventuras que desconocemos, personas que han dedicado su esfuerzo y, en ocasiones su vida, la mayoría de las veces de forma anónima.Una de estas historias llevó a sufrir y morir en tierras españolas al más alto responsable de la astronomía francesa de principios del siglo XIX : Pierre André Méchain, director del Observatorio de París y presidente del Bureau des Longitudes .

El 19 de marzo de 1791 la Academia de las Ciencias de Paris aprobó, con el voto de Méchain, que el metro, la nueva medida que la Francia revolucionaria quería dar al mundo, sería la diezmillonésima parte del cuadrante de meridiano terrestre. La mayor empresa científica realizada hasta ese momento estaba en marcha, la medida de un arco de meridiano comprendido entre Dunkerque, al norte de Francia, y Barcelona iba a dar el valor de la nueva unidad con la mayor aproximación posible.

A comienzos de 1792 se emprenden los trabajos. El arco de meridiano que se debía medir se dividió en dos partes: el primero ( Dunkerke-Rodez), ya medido anteriormente, se volvería a medir y el tramo Rodez-Barcelona, el más difícil, quedaría a cargo de la persona más experimentada, Pierre André Méchain. La técnica a emplear sería la de la triangulación geodésica, se trazaría una cadena de triángulos, el vértice de los cuales serían montañas situadas a lo largo del meridiano.

Méchain decidió empezar por la parte española. Después de pedir el permiso y la colaboración correspondientes al rey de España Carlos IV, llegó a Barcelona en julio de 1792. Poco después los colaboradores españoles le sugieren que el arco acabe en Mallorca, en lugar de acabar en Barcelona, de esta forma, su mitad se situaría más exactamente sobre el paralelo 45 y comportaría ciertas ventajas matemáticas. En diciembre, su colaborador José González, capitán del bergantín Corzo, pasó a Mallorca para reconocer las montañas más convenientes y encender fuegos en las cimas para que Méchain comprobara si era posible la medida de un gran triángulo sobre el mar, operación nunca antes realizada ( los fuegos permitían hacer las mediciones de noche, cuando las neblinas superficiales disminuyen), pero, finalmente, los instrumentos de que disponían no lo permitieron, la óptica de los mismos no era suficientemente potente.

En enero de 1793, Luis XVI es guillotinado en Paris y poco después, en marzo, estalla la guerra entre España y Francia . A Méchain se le permite seguir con sus medidas que acaba en ese mismo año, pero no se le dejó volver a su país hasta 1794. Aquejado de fuertes depresiones tardó tres años más en hacer sus últimas medidas y, finalmente en agosto de 1798 se reune con Jean Baptiste Delambre, que había medido el resto del arco de meridiano, para revisar sus cálculos. El 22 de junio de 1799 se firmó el informe final por el primer cónsul Napoleón Bonaparte, había nacido la unidad de medida universal.


Sin embargo, la aventura del metro no había acabado, el 31 de agosto de 1802 el Bureau des Longitudes decide continuar con las operaciones geodésicas en España. Aunque finalmente es Méchain quien será el director del trabajo, muchos de sus colegas habrían preferido a alguien más joven. El 5 de mayo de 1803, Méchain vuelve a Barcelona, pero en esta ocasión su viaje iba a ser una pesadilla que acabó con su trágica muerte casi año y medio después.
Las reticencias que había desencadenado la reciente guerra, las trabas burocráticas en España, que retrasaron los medios materiales necesarios, y las contraórdenes del propio Bureau des Longitudes hicieron pasar al astrónomo por multitud de penalidades que no acabaron hasta que contrajo el paludismo por tierras valencianas . En la sierra Espadán se manifestaron los primeros síntomas, entonces escribe su última carta:” ... Esta desgraciada misión, el éxito de la cual está todavía tan lejano y resulta más que incierto, provocará muy probablemente mi perdición y, lo que es peor todavía, la de mi familia, mi tumba y la de mi honor...”.

Dos meses después, el 20 de septiembre de 1804, moriría entre los brazos de su amigo, Fausto Vallés y Vega, Barón de Pobla Tornesa. Una aventura que duró más de 13 años y costó la vida a su principal protagonista.


Nº43 Revista Mètode "La ciència i la Tragèdia, Pierre André Méchain (1744-1804), Antoni Ten. Universidad de Valencia.

2 comentarios:

pinar dijo...

Creo que se ha colado un comentario spam. Pues no veo ninguna relación con lo que has escrito

Saludos

Salvador Ruiz Fargueta dijo...

Lo acabo de borrar. Increible, un comentario spam de un partido de Cataluña pidiendo el voto.
Saludos Pinar.