2007/04/08

Nota al margen: Ser uno mismo

En la bella teoría, he comparado la buena ciencia con la poesía, porque creo realmente que son comparables. He hablado, de forma informal, sobre la fractalidad del mundo . He visto a los agujeros negros como los dragones alados del medievo, porque la fascinación que han ejercido en su tiempo es similar en muchos aspectos. Mis post siempre están hechos, con repeto, desde el amor que siento por la ciencia, en particular, y por el conocimiento en general.

En bachiller me gustaban el latín, la filosofía y la literatura, además de la ciencia (fue una suerte). Me encantaban, también, las clases de geografía e historia de doña Jacinta, siempre tan correcta y estirada pero en el fondo también tan humana; la física y química de D. Luis, con sus bromas y su magistral buen hacer, y el francés de miss Pilar y doña Teresa que, además, eran guapísimas. He tenido muy buenos maestros.

Para ser científico, quizás, me muevo demasiado por el corazón y el primer impulso, pero no puedo ser de otra forma, ni quiero serlo.Y por otro lado hay voces autorizadas que piensan que el científico es, realmente, un enamorado de la ciencia. Esto puede que no ayude, en ocasiones, a profundizar en las cuestiones que abordo, pero les da una frescura que de otra forma perderían . Para hacer ciencia creo que es también muy importante ser uno mismo, aunque hay un amplio sector que prefiere la frialdad del teorema y de los datos asépticos. Además, es muy importante el valor, que en muchas ocasiones nos falta por temor a lo que dirán los colegas.

Sobre ese miedo de los científicos quiero hablar en alguno de mis próximos post. En ocasiones, observo verdadero temor al tratar de explicar una posible nueva teoría (yo tengo ese temor). Incluso en verdaderos genios, completamente consagrados y cuando hablan de teorías bastante razonables, para lo que se ve hoy en día en física. Pero no me extraña, porque la historia nos enseña lo terribles que han sido algunos científicos con sus colegas, y no me estoy refiriendo a la edad media. Siempre me acordaré de la triste historia de uno de los mayores genios, Ludwig Boltzmann: a finales del siglo XIX se atrevió a creer en la existencia de los átomos, y a tratar de demostrarla (en la asignatura de Historia de la Física hice un trabajo sobre su vida que me impresionó).

Esa parte es la que menos me gusta. En general no se encuentran mentes abiertas, de verdad abiertas, entre los científicos. Y es una lástima. Uno de los grandes que, sin embargo, tiene la mente abierta de verdad es Roger Penrose. En sus trabajos habla de física y más allá de la física sin ruborizarse, y de la forma más natural. Creo que es un ejemplo a seguir, una buena forma de hacer ciencia.

Somos personas y las personas nos agradecerán que seamos nosotros mismos cuando hacemos ciencia o cuando hablamos de ella. Es una opinión: ser uno mismo, ser valiente, a pesar de críticas y burlas. La valentía (no la temeridad) hace avanzar a la ciencia.

En el próximo post contaré “Una historia del tiempo”. La historia que parecen contarnos ciertos aspectos fractales de las fluctuaciones cuánticas del vacío. Gracias amigos, si habéis podido leer hasta aquí.

8 comentarios:

Hipatia dijo...

Hola Salvador:
Soy asidua a tu blog. No suelo dejarte comentarios; aunque, no es por descortesía sino por timidez. Es la timidez del aprendiz que no se atreve a articular palabra y se conforma con quedarse extasiado y fascinado ante el lenguaje humano que despliega la Naturaleza. También dejo de hablar muchas veces por miedo a meter la pata; me fascina la ciencia, pero soy consciente de mi falta de conocimientos. Por este motivo soy toda oídos (en el caso de los blogs, toda ojos).
Pero, en esta ocasión, voy a hacer una excepción.
Lo de “ser uno mismo” es un tira y afloja con base histórica, que no tendría por qué ser tan difícil ni estar mal visto. Los seres humanos no diferimos demasiado unos de otros; la selección natural nos ha conducido hasta lo que hoy somos. Gracias a la medicina, la forma de selección ha variado y por ello ha progresado todo el mundo; y gracias a esto, de vez en cuando, encontramos ángeles en nuestro camino.
Los científicos son humanos y, por lo tanto, un fiel reflejo del humano medio.
Tengo un blog abierto en un sitio literario (distinto de Blogger) y con frecuencia me encuentro defendiendo en los comentarios a otros blogs la figura del científico y la ciencia. (Hay demasiado desprestigio suelto. E ignorancia).
Como podrás imaginar, en un sitio literario los temas giran en torno a las emociones y los actos humanos: incomprensión, violencia, desamor, injusticias, política, etc. Bajo mi punto de vista, si se quiere, casi todo puede tener una explicación científica o estar apoyada en la ciencia.
Este suele ser mi caso: ante un conflicto humano, representado en cualquiera de sus formas literarias, intento hacer un acercamiento “poco convencional”, intento encontrar una explicación que se aleja de las suposiciones sin un fundamento claro y de la “magia potagia”. Mi visión de las cosas suele levantar expectación, desde luego, por lo inusual. Y, en ocasiones, soy duramente criticada. Esto último me sorprende pero me afecta poco, porque, como ya he dicho, todos procedemos del mismo tronco evolutivo y cada uno de nosotros representa al humano medio.
No obstante, reconozco que tengo que pedir disculpas o paciencia cuando ofrezco una opinión que se acerca o roza levemente algún concepto relacionado con la ciencia. Y me parece increíble que con los datos que hay circulando actualmente, se tenga una imagen tan desvirtuada del científico y de la ciencia.
El lenguaje que usa la ciencia es el lenguaje poético de la Naturaleza. En la poesía queda claro que cada verso en una síntesis que explica o interpreta un sentimiento del autor; en ciencia, cada expresión es la síntesis que explica o interpreta un fenómeno de la Naturaleza. La analogía, al menos, para mí, está muy clara.
Citas a Roger Penrose. En el blog literario también lo cito bastante, y a Richard P. Feynman. Los dos me resultan figuras admirables, cada una en su campo y con su propio estilo. (Tengo todos sus libros; los de Feynman los he leído; Penrose me resulta más complicado y voy muy, muy despacio). Tu título, “ser uno mismo”, encaja a la perfección en ambos.
Hay un filósofo de la ciencia actual, Jesús Mosterín, (solo he leído artículos suyos, sueltos) que me parece un tipo más que razonable.
Y es cierto lo que afirmas: hemos llegado hasta aquí gracias al valor de científicos y buenos pensadores… y a que soñaron.
Gracias por tu artículo.
Saludos desde la Enterprise.

Salvador Ruiz Fargueta dijo...

Gracias por tu precioso comentario Hipatia de Alejandría. Después de escribir un post tan raro, en un blog de ciencia, esperaba comentarios "no tan amigos". Veo que tu tambien sabes ser tu misma.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Genial como siempre. Sólo un detalle, el enlace de Ludwig Boltzmann apunta a Roger Penrose en la Wikipedia.

Tu blog es para mí una referencia básica en lo que a la Ciencia se refiere. No sólo por la claridad que usas a la hora de explicar las cosas si no, como en este mismi post, el ánimo de acercar más los sentimientos y hacer más humana a la Ciencia en sí.

Un saludo y sigue así. Excelente rincón de Internet es el tuyo :)

Salvador Ruiz Fargueta dijo...

Gracias Arturo, es una satisfacción tener hasta seguidores. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Buenas salvador:
Me uno a las felicitaciones hacia tu blog. Opino que le das un enfoque original y fresco a los "monstruos" cuánticos más extraños.
Nunca había visto unir los conceptos de mecánica cuántica y fractales. ¿Trabajas tú en este campo?
Referente a este post. Admiro que tú seas uno de esos científicos que no tienen el miedo escénico de presentar ideas diferentes de lo establecido, y que te intereses por presentarlas en canales fuera de lo habitual.
Yo estoy acabando la carrera de física y la verdad es que he encontrado un gran déficit en lo referente a la creatividad científica. se enseñan muchos conceptos durante la carrera. Pero no se hacen esfuerzos por situralos históricamente, ni tampoco se hace hincapié en la necesidad de los problemas para que la ciencia progrese.

En mi opinión, si ya es un gran error separar la ciencia de las otras ramas del conocimiento humano. Mayor error es, si cabe, separar la ciencia del contexto humano en la que ha nacido y se ha desarrollado. Porque la ciencia no es la Realidad Universal, sino, al contrario, la versión humana de la realidad que nos rodea.

Saludos.
Xavier.

Salvador Ruiz Fargueta dijo...

Genial Xavier, has dado en el clavo:"Porque la ciencia no es la Realidad Universal, sino, al contrario, la versión humana de la realidad que nos rodea".

Un saludo

Anónimo dijo...

El otro día buscando información para mi blog encontre otro ejemplo de "envidia científica", en la atribución de la "ley de titus-bode"
http://axxon.com.ar/zap/265/c-Zapping0265.htm
Bueno sigue así, resulta muy interesante tu blog, como dicen por arriba yo también soy un asiduo a el.
Un saludo

fractal dijo...

Hola,

He leído hasta el final del post, y seguiría leyendo para mi propio disfrute porque tu discurso está muy bien estructurado: cada post destila una manera de entender la vida que a mi me maravilla.

La poesía es una actitud, un comportamiento. Nada que ver con una pertenencia exclusiva al mundo de las letras.
La buena ciencia también pq, en definitiva, todo en esta vida es una cuestión de actitud.

Ser valiente significa querer mirar para ver. El que lo consigue puede quedar asombrado... y también solo. No es facil legar al mirador universal. Tampoco todos los ojos están hechos para admirar.

Admirar es incompatible con la envidia o las guerras entre colegas. Esto, en todo caso, recibiría otros nombres.

Enhorabuena Salvador, por tus ideas y tu gentil manera de compartirlas.
Un abrazo y mi agradecimiento!
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